"Las cosas pueden ser conocidas porque son criaturas. Pero al mismo tiempo hay que decirlo nuevamente: las cosas, porque son criaturas, son impene­trables por un poder finito de conocimiento, el cual no es su­ficiente para abarcar completa y adecuadamente el diseño del Divino Logos, por virtud del cual las cosas son luminosas. Es así como aparece el concepto hallado muchas veces en Santo Tomas, aunque haya sido recogido pocas veces o ninguna en los libros de texto: rerum essentiae sunt nobis ignotae, no conocemos la esencia de las cosas (Ver. 10, 1; 4, 1 y 8; In An. 1, 1; Nr. 15; Spir. creat. 11 ad 3)."

"La palabra creativa primordial, incorporada en la realidad del mundo, nunca puede ser completa y exhaustivamente tra­ducida en el vocabulario del lenguaje humano, bien sea el poé­tico, el científico o el filosófico. Ni siquiera puede ser perci­bida completamente por ninguna mente finita, creada. Einstein consideraba "comprehensible" a la naturaleza, pero —hay que aclararlo— yo creo que debemos distinguir entre "conoci­miento" y "comprensión". No todo conocimiento es compren­sión. Santo Tomas da una definición clara: Sólo puede comprender una cosa aquél que la conoce en todo lo que puede ser conocida; el conocimiento comprensivo es un conocimiento exhaustivo: comprehendere..., proprie dicitur aliquis aliquam rem cognoscendo, qui cognoscit rem illam quantum in se co- gnoscibilis est (In Job. 1, 21).

"Albert Einstein quien se refiere a la comprensibilidad de la naturaleza como a algo incomprensible, y quien, pocas se­manas antes de morir, escribía a un colega suyo: "Si he aprendido algo en la meditación de una larga vida, es que estamos mucho más lejos de una mayor profundización de los procesos elementales de lo que muchos de nuestros contemporáneos creen""