RESUMEN:
Cómo se distingue una acción de otra. Por ejemplo, quien afila una madera para clavársela a otro y matarle, ¿qué acción está realizando? ¿un homicidio, afilando una madera...?


TEXTUAL:
Solución. Hay que decir: El objeto de un acto exterior puede relacionarse con el fin de dos modos: uno, como ordenado de por sí (per se) al fin; así luchar bien está ordenado de por sí a la victoria; el otro, por accidente; como tomar dinero ajeno se ordena por accidente a dar limosna. Ahora bien, como dice el Filósofo en el VII Metaphys.15, es necesario que las diferencias que dividen un género y constituyen las especies de ese género, lo dividan de por sí. Pero si dividen por accidente, la división no procede rectamente; por ejemplo, si uno dice: De los animales, uno racional y otro irracional, y de los animales irracionales, uno alado y otro no alado; pues alado y no alado no son de por sí determinativos de lo que es irracional. Es necesario dividir así: De los animales, uno que tiene pies y otro que no tiene pies; y de los que tienen pies, uno que tiene dos, otro que tiene cuatro, otro que tiene muchos, pues éstas determinan de por sí la diferencia primera.

(...)


COMENTARIO:
La especie de una acción no viene determinada por el fin del agente, sino por el fin propio de la misma acción. Por ejemplo: robar es una acción cuyo objeto viene determinado por su especie, que consiste en sustraer injusta y violentamente bienes contra la voluntad de su dueño. Que luego el ladrón quiera destinar ese dinero a limosnas (fin del agente), no hace buena su acción. La especie de la acción viene determinada por el objeto propio de la acción, y no por el fin del agente. Dicho con otras palabras, el fin del agente no modifica la especie de la acción que realiza. Por eso no es correcta la distinción entre `robo bueno` y `robo malo`. Quien por ejemplo roba para cometer adulterio realiza dos acciones específicamente distintas, porque una no está de POR SÍ ordenada a la otra (dentro de la definición de robo no entra necesariamente la intención del adulterio). Pero si el objeto de la acción se ordena de POR SÍ al fin que se propone el agente, un acto estaría contenido en el otro como la especie dentro del género (esto es, no sería más que una especificiación de un género común, y no dos inmoralidades diferentes). Por ejemplo, quien mata a su padre no comete un homicidio y un parricidio, sino simplemente un parricidio, que es una especie dentro del género del homicidio.


FUENTE:
Suma Teologica, I-II q.18, a.7, s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Acto humano > Objeto de la acción > Relación y subordinación de objetos