RESUMEN:
Decir que el mal reside en la concupisencia (en el apetito concupiscible) es una forma de hablar, porque si no anda por medio al voluntad, no hay culpa.


TEXTUAL:
5. Dice la Glosa [interlineal] a Romanos, VII, 2079 [sobre aquello de que: "el pecado habita en mí"], que todo pecado es de concupiscencia; la cual, ciertamente, no está en la voluntad, sino en el apetito concupiscible. Luego, el pecado no consiste principalmente en la voluntad.

5. A LO QUINTO debe decirse que a veces bajo una concupiscencia desordenada se incluye también la voluntad; pero si además se toma la concupiscencia en cuanto que pertenece al apetito concupiscible, se dice que el pecado se origina por concupiscencia, no porque en la misma concupiscencia exista principalmente el pecado, sino porque es iniciativo para el pecado. Mas el pecado está principalmente en la voluntad, en cuanto que consiente el mal de concupiscencia.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.2 [Sobre los pecados], a.3 [Si el pecado consiste principalmente en un acto de la voluntad], ob.2


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


CLAVES: Culpa > Radica siempre en la voluntad