En el obrar recto, ley y virtud, legalidad y moralidad se encuentran en proporción inversa. Esto es así porque cuanto más motivado esté por la virtud, menos necesidad tendré de la ley. Y cuanto más motivado esté por la ley, será que no tengo virtud suficiente para hacer sólo por virtud lo que prescribe la ley.
p. 161 En el obrar recto, ley y virtud, legalidad y moralidad se encuentran en proporción inversa[1].
[1] Alfredo Cruz Prados, Deseo y verificación, op. cit., pp. 34-54, 419-433 y 451-468.