RESUMEN:
Escribe San Agustín: «Nadie es feliz si no goza aquello que es lo mejor para el hombre» {De moribus Ecclesiae catholicae, 1. III, 4) [Sólo esto]


TEXTUAL:
p.258 (...) «Nadie es feliz si no goza aquello que es lo mejor para el hombre» {De moribus Ecclesiae catholicae, 1. III, 4). (...)

p.259 Para san Agustín, el amor no es un puro impulso subjetivo. Contiene una exigencia objetiva. No puede ser verdadero si no está justamente ordenado en su relación a los bienes que busca. El amor reclama el orden y la rectitud, que le confieren la belleza y que lo hacen verdadero. Por ello, san Agustín definirá la virtud mediante dos palabras: «Me parece que la definición breve y verdadera de la virtud es: el orden del amor» {De Civitate Dei, 1. XV, 22) [*]. Esta definición expresa la esencia misma de la moral agustiniana, en la que, como diría el salmo, el amor y la verdad se abrazan.

[*]«Nam et amor ipse ordínate amandus est, quo bene amatur quod amandum est, ut sit in nobis virtus qua vivítur bene. Unde mihi videtur, quod definitio brevis et vera virtutis ordo est amoris; propter quod in sancto cantico canticorum cantat sponsa Christi, civitas Dei: Ordinate in me caritatem».



FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona II. Esbozo de una historia de la teología moral, Cap. VIII. El período patrístico. A. La teología moral en San Agustín


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Felicidad > Qué es la felicidad > Efecto de la plenitud de ser