RESUMEN:
El hombre no puede amar a Dios tanto como Dios merece ser amado (sólo Dios mismo puede amarse de ese modo), y en este sentido el amor del hombre no es perfecto. El hombre sólo puede amar a Dios con todas sus fuerzas de un modo actual y siempre, en la vida eterna, por eso, en este segundo sentido el amor del hombre no puede ser perfecto en esta tierra. El hombre sólo puede amar a Dios en esta tierra de forma estable impidiendo de forma estable todo aquello que le aparte de Dios (ya sea el pecado mortal, ya sea aquello que impide que el afecto de la mente se dirija totalmente a Dios, y esta última es la caridad que se da en el llamado `estado de perfección`


TEXTUAL:
¿Puede alguien ser perfecto en esta vida?

Solución. Hay que decir. Como ya expusimos (a.1), la perfección de la vida cristiana consiste en la caridad. Ahora bien: esta perfección incluye cierta universalidad, puesto que, como se dice en III Physic. 3, ?es perfecto aquello a lo que no le falta nada?. Por consiguiente, podemos considerar una triple perfección. En primer lugar, una perfección absoluta, que se considera no sólo según la totalidad por parte del que ama, sino por parte del objeto digno de ser amado, en cuanto que Dios es tan amado como digno de serlo. Tal perfección no es posible en ninguna criatura, sino que es exclusiva de Dios, en el que se da el bien de un modo total y esencial.

Hay otra perfección, que se considera por la totalidad absoluta por parte del que ama, en cuanto que el afecto tiende siempre a Dios de un modo actual y siempre con todas sus fuerzas. Tal perfección no es posible en esta vida, pero lo será en el cielo. La tercera clase de perfección no exige una totalidad por parte del objeto amable ni por parte del que ama, de tal modo que esté siempre dirigido actualmente a Dios, sino en cuanto que se excluyan las cosas que se opongan al movimiento de amor a Dios. Como dice San Agustín en Octoginta trium Quaest. 4, ?el veneno de la caridad es el deseo desordenado; su perfección, la ausencia de tales deseos?. Esta perfección puede darse, en esta vida, de dos modos. Primero, en cuanto que se excluye del afecto humano todo aquello que se opone a la caridad, como es el pecado mortal. La caridad no puede existir sin tal perfección, por lo cual es necesaria para salvarse. En segundo lugar, en cuanto que se excluye del afecto del hombre no sólo cuanto se opone a la caridad, sino cuanto impide que el afecto de la mente se dirija totalmente a Dios. Sin esta perfección no puede existir la caridad, por ejemplo, ni en los principiantes ni avanzados.



FUENTE:
Suma de Teología II-II, q.184, a.1, ad.2


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)


CLAVES: Fin último del hombre > Alcanzable en la vida mortal?