RESUMEN:
veces antecede al juicio de la razón, y la arrastra consigo a la operación. Y en este caso es cuando se dice que la ira obra propiamente, ya que la operación se atribuye al agente principal. Y éste es el sentido que tiene la frase la ira del hombre no obra la justicia de Dios.


TEXTUAL:
Objeciones por las que parece que en Cristo no se dio la ira.

ob. 1 En Sant 1,20 se lee: `La ira del hombre no practica la justicia de Dios`. Pero todo lo que tuvo Cristo perteneció a la justicia de Dios, puesto que `él se hizo para nosotros justicia de Dios`, como se dice en 1 Cor 1,30. Luego parece que en Cristo no existió la ira.



Ad.1 Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir: Como escribe Gregorio, en el libro V Moral. 48, la ira tiene en el hombre dos comportamientos. Unas veces antecede al juicio de la razón, y la arrastra consigo a la operación. Y en este caso es cuando se dice que la ira obra propiamente, ya que la operación se atribuye al agente principal. Y éste es el sentido que tiene la frase la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Otras veces la ira sigue a la razón, y se convierte en una especie de instrumento suyo. Y, en este supuesto, la operación que procede de la justicia no se atribuye a la ira, sino a la razón.


FUENTE:
Suma Teologica, III parte q.15, a.9, ad.1


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma Teologica III Ed. BAC, Madrid, 2002 (1223)


CLAVES: Ira > Moralidad de la ira