RESUMEN:
La felicidad no consiste en la diversión, que es sólo en vista de la operación, como distensión y relajación del ánimo


TEXTUAL:
X, 9, §1472. Subdivide las operaciones elegibles en sí mismas. En primer lugar, tales parecen ser las operaciones que son según la virtud, pues para el hombre es elegible por sí mismo elegir lo que es un bien por sí y honesto. De ahí que algunos digan que honesto es aquello que nos arrastra por su fuerza y nos atrae por su dignidad. En segundo lugar, vemos que elegibles por sí mismas son las operaciones deleitables que se dan en lo lúdico, pues no parece que los hombres las elijan en razón de alguna utilidad, tan es así que, por esas acciones, los hombres resultan más dañados que favorecidos. Pues en razón de lo lúdico parecen descuidar, tanto su realidad corporal que exponen a trabajos y peligros, como sus posesiones a causa de los dispendios a propósito de lo lúdico.



X, 9, §1475. Considera la verdad probando que en la actividad lúdica no está la felicidad, mediante dos razones. De las cuales, la primera, está tomada de la felicidad como un fin. Pues, si [el fin] consistiera en una diversión lúdica se seguiría una dificultad: que el fin de toda la vida humana sería algo lúdico, de tal manera que el hombre trabajaría y sufriría todo lo laborioso y los males sólo en vista de la diversión.(...) Ahora bien, parece ser algo estúpido y demasiado pueril que un hombre se dedique a la investigación especulativa y trabaje duro en la acción, con el fin de luego divertirse.

Por el contrario, parece ser bien dicho, según el lema de Anacarsis*, que alguien se divierta en su momento para que después más diligentemente trabaje. Porque en el juego hay cierta relajación y descanso del ánimo. Como los hombres no puedan trabajar continuamente, han menester del descanso. Por tanto, vemos que la diversión lúdica o el reposo no es un fin, porque el descanso se busca por la operación, para que después podamos obrar más intensamente. Así, es claro que la felicidad no consiste en lo lúdico.

*[Anacarsis: Filósofo escita, uno de los Siete Sabios, amigo y discípulo de Solón, que se hizo conocido en Atenas en el año 589 a. C. a causa de su sabiduría. Se le atribuyen numerosos aforismos recogidos por Diógenes Laercio. Aristóteles lo cita también en Anal. Post., I, 13, 87 b 30].



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona X, 9


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)


CLAVES: Juego > Es un medio, no un fin