p. 145 Después de normativizar el derecho al asimilarlo a una moral concebida legalistamente, se ha pretendido distinguir entre derecho y moral, sin revisar esa misma normativización. Lógicamente, en estas condiciones, la distinción entre derecho y moral sólo puede consistir en la distinción entre dos clases de normas –normas jurídicas y normas morales– que sólo pueden diferenciarse entre sí, o bien por el modo como cada una vincula la acción, o bien por el ámbito de acción sobre el que cada una de ellas versa. Pero el problema está en que ninguno de estos tipos de diferencia –ni una diferencia formal o en cuanto al modo de obligar, ni una diferencia material o en cuanto al campo de aplicación– implica un cambio esencial o de naturaleza en una norma que es norma de conducta, prescripción de una acción. Esta norma siempre será norma moral.