RESUMEN:
Aunque la finalidad genérica de la ley es contribuir a que los hombres se hagan mejores personas, esto es, virtuosos, no puede prohibir todos los vicios, porque no todos están al mismo nivel de virtud o vicio. Por eso conviene que la ley sólo prohiba aquellos vicios más perjudiciales para los demás, y sin cuya supresión la sociedad no podria susbistir.


TEXTUAL:
Solución. Hay que decir: La ley, según ya expusimos (q.90 a. 1.2), es instituida como regla y medida de los actos humanos. Mas la medida debe ser homogénea con lo medido por ella, como se señala en X Metaphys.12, pues diversas cosas tienen diversa medida. Por lo tanto, las leyes deben imponerse a los hombres en consonancia con sus condiciones, ya que, en expresión de San Isidoro13, la ley ha de ser posible según la naturaleza y según las costumbres del país. Ahora bien, la capacidad de obrar deriva del hábito o dis- posición interior, pues una cosa no es igualmente factible para quien no tiene el hábito de la virtud y para el virtuoso, como tampoco lo es para el niño y para el hombre maduro. Por eso no se impone la misma ley a los niños y a los adultos, sino que a los niños se les permiten cosas que en los adultos son reprobadas y aun castigadas por la ley. De aquí que también deban permitirse a los hombres imperfectos en la virtud muchas cosas que no se podrían tolerar en los hombres virtuosos.



Ahora bien, la ley humana está hecha para la masa, en la que la mayor parte son hombres imperfectos en la virtud. Y por eso la ley no prohibe todos aquellos vicios de los que se abstienen los virtuosos, sino sólo los más graves, aquellos de los que puede abstenerse la mayoría y que, sobre todo, hacen daño a los demás, sin cuya prohibición la sociedad humana no podría subsistir, tales como el homicidio, el robo y cosas semejantesb.



Ob. 2. La intención del legislador es hacer virtuosos a los ciudadanos. Pero nadie puede ser virtuoso si no se aparta de todos los vicios. Luego incumbe a la ley humana reprimir todos los vicios.



Ad. 2. A la segunda hay que decir: La ley humana trata de conducir a los hombres a la virtud, pero no de golpe, sino gradualmente. Por eso no impone de pronto a la masa de imperfectos aquellas cosas que son propias de los ya virtuosos, obligándoles a abstenerse de todo lo malo. Pues de otro modo los imperfectos, al no poder soportar estas imposiciones, caerían en males mayores. Y así se dice en Prov 30,33: Quien se suena demasiado, sacará sangre. Y en Mt 9,17 se afirma que si el vino nuevo, es decir, los preceptos de la vida perfecta, se echan en odres viejos, en los hombres imperfectos, se rompen los odres y se derrama el vino; esto es, los preceptos son transgredidos y los hombres caen en males mayores.





COMENTARIO:
Aunque la finalidad genérica de la ley es contribuir a que los hombres se hagan mejores personas, esto es, virtuosos, no puede prohibir todos los vicios, porque no todos están al mismo nivel de virtud o vicio. Por eso conviene que la ley sólo prohiba aquellos vicios más perjudiciales para los demás, y sin cuya supresión la sociedad no podria susbistir.


FUENTE:
Suma de Teología I-II q.96, a.2, s. y ob.2 y ad.2


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Ley humana o positiva > Le incumbe reprimir todos los vicios?