RESUMEN:
La existencia de una realidad que condiciona el obrar recto del hombre no es como un corsé que limita haciendo daño, sino como un suelo por el que podemos caminar. De lo contrario nos sumergiríamos en un magma indistinto donde nada tiene consistencia


TEXTUAL:
p.25

La visión cristiana de la exigencia ética es la de una exigencia en cierto modo «externa», pues tiene su principio en la realidad. Cuando el hombre se abre a la realidad de este modo y se deja condicionar por ella, la persona se encuentra a sí misma en un mundo que podría calificarse de «duro», «consistente», no ilimitadamente dócil al imperio configurador de su voluntad. En principio parece que un mundo tan consistente «oprimiría» al hombre y le dificultaría el libre despliegue de su capacidad de dominio. Por eso el hombre puede rebelarse, y de hecho se ha rebelado ante esta situación tratando de rechazar el condicionamiento de la realidad. Esto se ha cumplido cuando el hombre se ha embriagado de su capacidad configuradora y ha tratado también de hacer una especie de «realidad a su conveniencia». Pero si reconoce el mundo como es en sí mismo, es decir, configurado por Dios creador y, en consecuencia no configurado por la mirada o el poder humanos, en suma, sólo si el hombre es capaz de contemplar la verdad de las cosas, podrá sentirse acogido y seguro, en un hogar.

Si el conocimiento fuera solamente hipotético, si no se pudiera conocer lo que las cosas son en sí mismas, entonces la conducta quedaría desorientada, sin que la realidad pudiera guiarla. Toda la realidad quedaría reducida a un cúmulo de materias primas ofrecidas al dominio incondicionado del hombre científico y técnico, y entonces en el mundo no se reconocerían más significados que los que el hombre mismo hubiera puesto en él. Esto significa, como agudamente reconoció Hobbes, que el hombre sería un extraño en el mundo, pues el mundo le sería incognoscible. Gran parte de los desajustes psicológicos del hombre moderno proceden, sin duda, del hecho de que, para no sentirse condicionado, ni culpable, ha eliminado todas las interpelaciones que le venían de la realidad. Pero eliminar estas interpelaciones significa eliminar la realidad en cuanto realidad. Queda sólo la realidad en cuanto material de dominio, pero ésta ya no puede dar cobijo a nadie, y la persona queda a la intemperie, sin apoyo, sin sustento real. El hombre que cae en el exceso de la dominación sin límites termina como un ser sin mundo, sin marco de referencia para su existencia, sin anclaje en la realidad.



FUENTE:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 2 . La fundamentación de la belleza en la finalidad: ética y estética. d) Ética y Estética


FUENTE AMPLIADA:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)


CLAVES: Moral > Realismo y moral