RESUMEN:
Por la prudencia el hombre dispone adecuadamente los medios para alcanzar su bien propio, pero su bien propio no es sólo el particular, porque el bien de la parte es el bien del todo al que sirve, por eso la prudencia ordena al bien común en cuanto que éste es parte del bien de la parte.


TEXTUAL:
¿Abarca la prudencia el gobierno de la multitud?

Solución. Hay que decir: Según el Filósofo en VI Ethic. 46, hay quien sostiene que la prudencia no abarca el bien común, sino el bien propio, porque piensan que el hombre debe buscar solamente el propio bien. Pero esta opinión es contraria a la caridad, que no busca su interés, como afirma el Apóstol (1 Cor 13,5). Por esa razón dice también el Apóstol de sí mismo: Me esfuerzo por agradar a todos, sin procurar mi propio interés, sino el de la mayoría para que se salven (1 Cor 10,33). Es incluso contraria a la recta razón que juzga el bien común mejor que el particular. Por consiguiente, dado que es propio de la prudencia deliberar, juzgar y ordenar los medios para llegar al fin debido, es evidente que la prudencia abarca no sólo el bien particular de un solo hombre, sino el bien común de la multitud.


FUENTE:
Suma de Teología II-II q.47, a.10


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)


CLAVES: Prudencia > Prudencia Política > La prudencia dispone para el bien común