RESUMEN:
El deleite o la tristeza, si no son moderados por la templanza, corrompen el juicio de la prudencia, porque corrompen la apreciación del fin, que es el mismo principio. Sto. Tomás prueba -siguiendo a Aristóteles- cómo se corrompe el juicio de la prudencia por falta de templanza.


TEXTUAL:
VI, 4 §836. Referente al segundo signo, dice que, como la prudencia se refiere a los bienes y males operables, de ahí que la templanza, en griego, sea llamada "sofrosine", como que salvaguarda la mente, de donde proviene también que la prudencia sea llamada "fronesis". La templanza, en cuanto modera el deleite y la tristeza del tacto, salvaguarda la apreciación sobre las acciones buenas o malas de un hombre. Esto se vuelve evidente por lo opuesto. El deleite y la tristeza (...) no corrompen totalmente ni pervierten la apreciación sobre lo especulativo, induciendo a lo contrario, por ejemplo, que el triángulo tiene o no tiene tres ángulos iguales a dos rectos. Pero EL DELEITE Y LA TRISTEZA CORROMPEN Y PERVIERTEN LAS APRECIACIONES SOBRE LOS JUICIOS DE LO OPERABLE.



Muestra a continuación de qué manera se realiza tal corrupción. Es manifiesto que los principios de lo operable son los fines, en razón de los cuales se actúa, que se comportan en lo operable como los principios en las demostraciones, según se dice en la Física [II, 9, 200a15 ss]. AHORA BIEN, CUANDO EL DELEITE O LA TRISTEZA SON VEHEMENTES, ESO POR LO CUAL SE CONSIGUE EL DELEITE Y SE HUYE DE LA TRISTEZA, SE LE APARECE AL HOMBRE COMO ALGO ÓPTIMO. Así, corrupto el juicio de la razón, no aparece para él hombre el verdadero fin, que es el principio de la prudencia que se refiere a lo operable, ni lo apetece. Tampoco le parece que deba elegir todo y obrar en razón del fin verdadero, sino más bien en razón de lo deleitable. PUES CUALQUIER MALICIA O HÁBITO VICIOSO CORROMPE EL PRINCIPIO, EN CUANTO CORROMPE LA RECTA APRECIACIÓN DEL FIN. Ahora bien, la templanza es la virtud que impide especialmente esta corrupción.



Así, concluye, partiendo de este signo, que es necesario que la prudencia sea un hábito operativo con razón verdadera referido al bien humano.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona VI, 4 §836


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)


CLAVES: Prudencia > Relación y diferencia con las virtudes morales