RESUMEN:
El culto responde a la naturaleza más íntima del ser humano, porque la persona huaman sólo se identifica plenamente a sí misma cuando acepta libremente la relación personal con Dios para la que fue creada. El culto tiene también esa dimensión reparadora de la herida causada por el alejamiento de Dios.


TEXTUAL:
Pág. 53: El exitus, o mejor, el libre acto creador de Dios, de hecho, apunta al reditus, pero éste no significa la revocación del ser creado, sino lo que hemos descrito más arriba: significa que la criatura racional se identifica en su respuesta libre al amor de Dios, cuando acepte la creación como su mandamiento de amor y, de esta forma, surja un diálogo de amor, esa unidad completamente nueva que sólo el amor es capaz de crear. En ella no se absorbe ni se disuelve el ser del otro, sino que precisamente en el darse a sí mismo llega a ser plenamente él mismo. Surge la unidad que es superior a la unidad de la partícula elemental indivisible. Este reditus es «retorno», pero no disuelve la creación sino que le da realmente su carácter definitivo.



Si el «sacrificio» es esencialmente el retorno hacia el amor y, con ello, divinización, entonces tiene que incluirse en el culto el momento de cicatrización de la libertad herida, de expiación, de purificación y de liberación de la alienación. La esencia del culto, del «sacrificio» en cuanto proceso de semejanza, de convertirse-en-amor y, de este modo, de camino hacia la libertad, permanece inalterada.



Pág. 140: La imagen del pastor resume, de este modo, toda la historia de la salvación: la entrada de Dios en la historia, la Encarnación, la búsqueda de la oveja perdida y el camino de vuelta a la Iglesia de judíos y gentiles.



FUENTE:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia (Libro) , , Ed.Cristiandad, 2001 Madrid 53


FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia Ed. Cristiandad, Madrid, 2001


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