RESUMEN:
En las obras anteriores a las ST, especialmente en el Scriptum, el núcleo del problema moral se reduce a la capacidad del hombre de conocer la regla divina y de saber aplicarla.


COMENTARIO:
En las obras anteriores a las ST, especialmente en el Scriptum, el núcleo del problema moral se reduce a la capacidad del hombre de conocer la regla divina y de saber aplicarla. El hombre conoce los principios primeros y universales de dicha regla gracias a la rectitud natural de la razón y de la voluntad, rectitud diseñada por la Sabiduría del Creador, perfeccionada por el hábito de la sindéresis. El hombre conoce todavía mejor los principios particulares, pertinentes y apropiados a cada materia, gracias a la fe, que perfecciona la ratio superior y que proporciona un conocimiento de los preceptos divinos, LOS CUALES INDICAN QUÉ ACTOS GUARDAN PROPORCIÓN CON EL FIN Y CUÁLES NO. La fe (con la correspondiente inclinación de la caridad) se convierte así en principio de irradiación de la rectitud. Más allá de la fe el hombre dispone de una ciencia moral de nivel humano, que perfecciona la ratio inferior, y que establece lo que es honesto, útil, conveniente en la vida civil. La razón, así dotada, pude proceder a la elaboración de un juicio de acción particular. Aquí puede infiltrarse el error, error de conciencia y error de elección: esto sin embargo es debido, más que a los límites de la naturaleza humana, al ímpetu de las pasiones que perturban el funcionamiento de la razón: y esto es efecto de la pérdida de la rectitud original, por la que la parte sensitiva del hombre tiende en sentido contrario a la inclinación racional. Reparada esta corrupción y restituida la rectitud a la afectividad gracias a las virtudes morales infusas y al acostumbramiento causado por la repetición de los actos, el hombre estará inclinado a elegir conforme a la recta razón, evitando el error de la elección. Las facultades apetitivas, siguiendo el dictamen de la razón, se encontrarán así participando de la rectitud de la razón que las dirige, y por tanto de la rectitud divina que dirige a la razón? (p. 41). Según esta moral el único principio regulador de la conducta humana es la ley divina. Los hábitos cognoscitivos sirven para canalizar su conocimiento y su aplicación al caso particular. Los hábitos afectivos sirven para hacer fácil la ejecución de la ley. (p.41)


FUENTE:
ABBA, Giuseppe: Lex et Virtus (Libro) , , Ed.LAS, 1983 Roma


FUENTE AMPLIADA:
ABBA, Giuseppe: Lex et Virtus Ed. LAS, Roma, 1983


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