RESUMEN:
Diferencia entre la incontinencia del airado y del que es movido por los apetitos (del tacto y del gusto). El incontinente por ira escucha a la razón, pero poco y mal; en cambio, el incontinente por placer no escucha nada a la razón.


TEXTUAL:
EN, VII; 1149a25: Hemos de mostrar ahora que la incontinencia de la ira es menos vergonzosa que la de los apetitos. En efecto, parece que la ira oye en parte la razón, pero la escucha mal, como los servidores apresurados, que, antes de oír todo lo que se les dice, salen corriendo y, luego, cumplen mal la orden, y como los perros que ladran cuando oyen la puerta, antes de ver si es un amigo. Así, la ira oye, pero, a causa del acaloramiento y de su naturaleza precipitada, no escucha lo que se le ordena, y se lanza a la venganza. La razón, en efecto, o la imaginación le indican que se le hace un ultraje o un desprecio, y ella, como concluyendo que debe luchar contra esto, al punto se irrita. [En cambio, a diferencia del incontinente por ira] El apetito por otra parte, si la razón o los sentidos le dicen que algo es agradable, se lanza a disfrutarlo. De modo que la ira sigue, de alguna manera, a la razón, y el apetito no, y por esto es más vergonzoso; pues el que no domina la ira es, en cierto modo, vencido por la razón, mientras que el otro lo es por el deseo y no por la razón.



FUENTE:
ARISTÓTELES, : Ética Nicomáquea - Ética Eudemia (Libro) , , Ed.Gredos, 1998 Madrid EN, VII; 1149a25


FUENTE AMPLIADA:
ARISTÓTELES, : Ética Nicomáquea - Ética Eudemia Ed. Gredos, Madrid, 1998 (1985)


CLAVES: Virtud > Estructura de la virtud > Incontinencia de ira y de concupiscencia