RESUMEN:
La ley humana debe inclucar virtudes porque para que la ley funcione como garante de la justicia y de la paz, es preciso que los ciudadanos interioricen sus normas y requerimientos y, más importante todavía, que adopten su propósito (de la ley) de promover y preservar la justicia. La racionalidad práctica está hecha toda de una pieza; por lo tanto, aquellos que en su vida privada violan o descuidan sus dictámentes (de la prudencia), tienen menos motivos racionales y menos disposiciones para seguir sus dictámenes en elecciones con trascendencia pública o que afecten a otras personas.


TEXTUAL:
La ley humana debe inclucar virtudes porque para que la ley funcione como garante de la justicia y de la paz, es preciso que los ciudadanos interioricen sus normas y requerimientos y, más importante todavía, que adopten su propósito (de la ley) de promover y preservar la justicia. El bien público no puede ser bien protegido si la gente es desconfiada, vengativa, deseosa de evadir impuestos y otros deberes civiles, no dispuesta a colaborar en un jurado, etc. Por lo tanto, la conservación del bien público necesita gente con la virtud, con la disposición interior, de la justicia. (...) Y si esto es un legítimo objetivo, entonces debe existir al menos un legítimo interés por parte de los gobiernos en que los ciudadanos tengan también otras virtudes. La racionalidad práctica está hecha toda de una pieza; por lo tanto, aquellos que en su vida privada violan o descuidan sus dictámentes (de la prudencia), tienen menos motivos racionales y menos disposiciones para seguir sus dictámenes en elecciones con trascendencia pública o que afecten a otras personas.


FUENTE:
Jonh FINNIS: Aquinas, Oxford University Press, 1998, p. 232


FUENTE AMPLIADA:
FINNIS, John: Aquinas Ed. Oxford University Press, Oxford, 1998


CLAVES: Virtud > Ley y virtud