RESUMEN:
Las potencias no se distinguen con arreglo a la distinción material de los objetos, sino conforme a la distinción formal


TEXTUAL:
2. Más aún. El objeto del entendimiento es la verdad, y el de la voluntad el bien. Pero lo bueno y lo verdadero no difieren en la realidad, sino sólo en el entendimiento. Por lo tanto, la voluntad y el entendimiento no difieren realmente.

2. A la segunda hay que decir: Las potencias no se distinguen con arreglo a la distinción material de los objetos, sino conforme a la distinción formal que se fundamenta en la razón de objeto. Por lo tanto, la diversidad entre la razón de bueno y de verdadero es suficiente para que haya diversidad entre el entendimiento y la voluntad.

3. A la tercera hay que decir: Lo bueno y lo verdadero en realidad son lo mismo; de aquí que lo bueno sea percibido por el entendimiento bajo la razón de verdadero, y lo verdadero sea apetecido por la voluntad bajo la razón de bueno. No obstante, la diversidad de sus razones es suficiente para diversificar las respectivas potencias


FUENTE:
Tomás de Aquino: Suma Teologica, I, [trad. BAC Maior, 2001] q. 59, a.2, ob.2 y ad. 2 y ad. 3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)


CLAVES: Voluntad > Entendimiento y voluntad: diferencias y relación